Saber hablar en público no tiene por qué ser tan complicado. Sabemos que muchas personas sufren de miedo escénico y cualquier discurso o presentación en público puede significarles un gran problema. No obstante, los miedos están para superarse, y en lugar de recomendarte complicadas técnicas y terapias a veces innecesarias, te damos estos prácticos consejos.

Para quienes sufren de miedo escénico

Como ya hemos mencionado, muchas personas no saben cómo hablar en público sencillamente porque tienen miedo a hacerlo, y como bien dice el dicho “la práctica hace al maestro”. Así que estos primeros 5 consejos están orientados a las personas que padecen miedo escénico.

  1. Conoce el tema

El secreto para manejar los nervios está en la preparación. Mientras más miedo tengas mayor tiene que ser tu preparación, estudio y análisis. Lo más inteligente es preparar el discurso, decirlo en casa repetidas veces, practicar frente a una persona que pueda escucharte con la que te sientas confiado y explicarle tu tema de principio a fin. A veces es difícil encontrar a alguien que nos preste tanta atención, pero tu pareja, un amigo o familiar pueden ayudarte con esto.

  1. Controla la ansiedad visualizando bien la situación

La mayoría de personas que sufren de miedo escénico son al mismo tiempo muy ansiosas. Esa ansiedad les hace visualizar la situación de manera muy negativa, antes de presentarse tienen la convicción de que van a fallar en grande. Por eso nuestro consejo es que visualicen la situación de una manera positiva, que se imaginen dando su discurso y que las cosas salen muy bien. Incluso, en ese proceso de imaginar hasta se te pueden ocurrir nuevas ideas.

  1. Respira

La ansiedad también hace que se nos olvide respirar, así que antes y durante tu presentación, no olvides respirar buenas bocanadas de aire, pues te ayudarán a liberar tensión.

  1. Apóyate en personas que saben lo que sientes

Es fundamental tener claro que no eres la única persona que sufre de miedo oratorio, sin ir muy lejos, en tu círculo de amigos o compañeros probablemente hay personas con el mismo problema. Es de gran ayuda hablar al respecto, no para retroalimentar el miedo, sino para encontrar soluciones prácticas. Juntos, pueden apuntarse a un curso de oratoria y superar sus miedos en grande.

  1. Quedarse en blanco no es tan grave

A veces, cuando nos quedamos en blanco a mitad de un discurso pensamos que los segundos son horas, pero la verdad es que más allá de nuestra subjetividad siguen siendo segundos. Entonces, nuestro consejo para cuando te quedes en blanco es no ser fatalista y pensar que todo se ha perdido, sino aprovechar esos momentos para respirar, tomar agua, mirar las ayudas y salir adelante. Los silencios en un discurso no son tan graves.

Para quienes simplemente no saben cómo expresar sus ideas

Por otra parte, están las personas que no tienen miedo a hablar en público pero no saben cómo expresar correctamente sus ideas. Para ellos, van los siguientes 5 consejos prácticos.

  1. Aprende de los grandes oradores

¿Existe algún orador en particular que admires? Escúchalo, aún de manera inconsciente puedes aprender cómo se teje un discurso de manera coherente. Por otra parte, puedes también contactar a un profesional para aprender de él. Recordemos que la oratoria es un arte, y como tal, no todos lo tienen. Así que puedes apuntarte en un curso de presentaciones de alto impacto con alguien realmente formado en estos temas, para que tu presentación salga incluso de lo convencional y se convierta en todo un éxito.

  1. Practica tu discurso

Esto no solo aplica para las personas que se dejan dominar por los nervios. Quienes no saben tejer un discurso y se pierden en divagaciones que no vienen al caso, deben practicar mucho sus presentaciones, cronometrarlas si es necesario. En menor medida, deben dejar las cosas para última hora, más bien deben informarse bien y asentar los conocimientos en la memoria.

  1. No excusarse

Por los nervios o a manera de muletilla, las personas tienden a excusarse. Es un grave error si quieres que tu presentación tenga un nivel profesional, porque las disculpas transmiten inseguridad. Si existe algún contexto lógico para disculparse, adelante, pero si solo es una muletilla entonces evita hacerlo.

  1. Evitar las muletillas no es tan complicado

Las muletillas son un lugar común al que acude nuestro cerebro cuando se nos acorta la capacidad discursiva espontánea. Las muletillas no son solamente palabras mal dichas como nos han enseñado, también puede ser cualquier palabra que usamos de manera repetida en un discurso.

El secreto para eliminarlas es primeramente ser conscientes de cuáles son, así educamos a nuestro cerebro para no usarlas. Y en segundo lugar está la riqueza del lenguaje, mientras más palabras manejemos en la vida cotidiana, mayores recursos tendrá nuestro cerebro para aprovechar durante un discurso. Con esto queremos decir que la literatura ofrece una formación muy provechosa en el lenguaje, lee todo lo que puedas, aprende palabras nuevas, conectores, adjetivos, y úsalos en tu vida cotidiana.

  1. Sé breve

Es importante que en cada discurso incorpores tu opinión personal, pero no por esto debes extenderte a hablar por horas de un tema que puede resolverse fácilmente en 15 minutos. Tengamos en cuenta que estamos en la era del internet, donde la velocidad de la información se cuantifica en bits, entonces, las personas están acostumbradas a recibir información sustanciosa con la rapidez de un chasquido. Nosotros, por nuestro lado, somos humanos, no máquinas, pero debemos estar a la altura de nuestra época e intentar ser breves pero sustanciosos.

Existen muchos otros consejos que puedes conseguir en cursos, blogs o terapias de comunicación, pero estos son solo algunos de los más prácticos tanto para las personas tímidas como para las que se extienden demasiado y divagan en el tema. Esperamos que algunos de estos consejos te sirvan de gran ayuda en tu próxima presentación y que lleves tu capacidad oratoria a otro nivel.

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