- Organizada en el marco del programa expositivo de la Concejalía de Cultura, Bienestar y Vivienda
Organizada en el marco del programa expositivo de la Concejalía de Cultura, Bienestar y Residencia, la muestra plasma la obra de esta mostoleña, que fue pupila del Instituto Benjamín Rúa y estudió Ciencias de la Salud, aparte de diferentes cursos en las universidades de California, Edimburgo, Pensilvania o bien Yale.
Sus comienzos en el planeta del arte empezaron a los ocho años cuando empezóé a acudir a clases extraescolares de pintura. «Ese año me apuntaron a un concurso de arte quedando en 1er puesto. Los un par de años siguientes en 3er puesto cada uno de ellos. A la edad de uno años, me diagnosticaron una enfermedad neuromuscular autoinmune, Miastenia Gravis, con lo que mi vida artística y mi aprendizaje quedaron en suspenso. Incluso de esta manera, he continuado autoformándome en el arte y en la fotografía, pues decidí formarme por mi cuenta y a mi ritmo», explica.
«Mi evolución artística se traslada desde el óleo de mis comienzos a la acuarela y el acrílico, pasando por los pasteles. Desde hace 4 años hasta la data, mis conocimientos artísticos en lo que se refiere a la pintura los he compaginado con la fotografía, formándome de esta manera en Photoshop, iluminación, empleo de réflex, etcétera Hoy combino las dos cosas», agrega..
Sobre la exposición, explica que «hace unos años me puse como meta, pelear contra un muro, el de la sanidad, el de la dignidad de los enfermos. Ahora voy más allí y me planto en frente de 2 muros, el de la sanidad y el de la igualdad de género. Hoy, si bien las mujeres tienen mucho camino recorrido y varias batallas ganadas, aún falta mucho por probar».
«Vivimos en una sociedad dispar donde los estigmas del género femenino se multiplican todavía más cuando se procura poner encima de la mesa la equidad. Me dispongo a mudar de perspectiva sin mudar de visión, me dispongo a crear un proyecto donde mi ambición supera mis metas, donde la fuerza de conjunto se transforma en una voz que se escucha más alto. Donde hay mujeres que procuran lidiar con las imposiciones estereotipadas que acarrea la desigualdad mientras que se le suma la carga de una enfermedad. Una rosa roja es el único acompañamiento tras este mural de imágenes profundas. Mi intención no es otra que sostenerme leal a mis ideales y en mi línea de combatir por una vida digna con una enfermedad a la espalda, le sumo otra pequeña guerra más, mas en un caso así no soy la única guerrera, somos un ejército de veinte amazonas, veinte perfectas luchadoras, veinte historias que no van a dejar indiferente a absolutamente nadie, somos veinte ROSAS», agrega.
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Exposición veinte Rosas Mónica Rubiños (doce MB)
