La propuesta presentada y aprobada por los conjuntos municipales socialista, Ganar Móstoles, IUCM-Los Verdes y el conjunto popular, tiene por objetivo«desarrollar políticas públicas que contribuyan a que nuestra niñez y adolescencia puedan desarrollarse totalmente».

Pleno compromiso Red Niñez y AdolescenciaEl Pleno del Municipio de Móstoles ha aprobado en la tarde el día de ayer una declaración institucional por la que ratifica su compromiso con la Red de Niñez y Adolescencia, con ocasión del Día Internacional de los derechos del Pequeño.

La iniciativa, presentada por los conjuntos municipales socialista, Ganar Móstoles, IUCM-Los Verdes y el conjunto popular, tiene por objetivo aprobar «en público su compromiso de impulso y desarrollo de políticas públicas y experiencias de interacción en los campos familiar, comunitario y social que contribuyan a que nuestra niñez y adolescencia puedan desarrollarse absolutamente como seres individuales y sociales, con derecho a opinar y participar, desde la igualdad.

«Como gobiernos locales», se asegura en el pacto, «nos toca desarrollar políticas educativas locales orientadas a intentar la igualdad a nuestra ciudadanía desde exactamente el mismo instante de nacer. Mas no es suficiente con `no discriminar´ para asegurar la igualdad, sino es indispensable hacer perceptibles las diferencias, y por ende `discriminar´ en sentido cognitivo, para entender las necesidades concretas de las personas y conjuntos, los obstáculos específicos que hallan para su satisfacción y para el efectivo goce de derechos que les toca, en igualdad de condiciones con el resto. Cualquier otro género de discriminación convierte la pluralidad humana en desigualdad».

Aniversario de la Convención de los Derechos del Pequeño y la Pequeña de 1989

En la declaración se explica que en «esta nueva celebración del aniversario de la Convención de los Derechos del Pequeño y la Pequeña de mil novecientos ochenta y nueve, los ayuntamientos miembros de la Red de Niñez y Adolescencia charlamos sobre el principio de igualdad pues de este modo nos lo han pedido nuestros pequeños, pequeñas y adolescentes en el último encuentro de órganos de participación que festejamos en Daimiel en el primer mes del verano del presente año».

Decidieron centrar su trabajo a lo largo de este curso en la igualdad considerada en su amplitud: la igualdad como trato idéntico, sin que medie algún género de diferencia por etnia, sexo, condición social o bien económica, condición, física, mental, intelectual o bien sensorial o bien de cualquier naturaleza. Donde todas y cada una de las personas tienen exactamente los mismos derechos y exactamente las mismas ocasiones.

La idea de que todos y cada uno de los humanos han de ser considerados acreedores de exactamente los mismos derechos esenciales, sin ningún género de distinción entre ellos, está presente en todo nuestro ordenamiento jurídico como objetivo esencial y, en consecuencia, en nuestra praxis.

Sin duda alguna, la igualdad forma el día de hoy un valor esencial para conseguir el auténtico progreso del conjunto de la sociedad. Y lo es pues ofrece la posibilidad de que cada humano tenga exactamente los mismos derechos y ocasiones, y en consecuencia, deja que cada persona pueda aportar al conjunto desde su libertad, con su trabajo, su esmero, sus conocimientos, su solidaridad. Esa es la forma de continuar caminando cara un modelo de sociedad más justo y también igualitario, cara un futuro mejor para todas y cada una y todos.

Pero todavía tenemos camino por recorrer. Con independencia de las diferentes legislaciones y convenciones que intentan asegurar la igualdad, esta jamás va a ser una realidad mientras que no consigamos que las personas y las instituciones públicas y privadas, la acepten como un valor que ha de ser una incesante en su vida.

En materia de derechos de niñez y adolescencia, la Convención sobre Derechos del Niño y la Niña reanuda el principio de igualdad y no discriminación, y establece para los Estados la obligación de asegurar todos y cada uno de los derechos para las pequeñas y pequeños sin distinción alguna. Contradictoriamente, la mayor paradoja de la niñez moderna radica en la simultaneidad de la proclamación de los derechos y una severa limitación de las condiciones sociales de su ejercicio. El contexto económico y social que nos circunda nos ha devuelto un esencial desarrollo de la pobreza y la desigualdad, sobre todo en los colectivos más frágiles, conforme apuntan diferentes informes emitidos por organismos nacionales y también internacionales como es el caso de UNICEF».

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